Pacientes de Lleida con daño cerebral hacen terapia en la perrera

Gemma Bastida Lleida, 24 oct (EFE).- Faltan unos minutos para las cuatro de la tarde del miércoles, pero David, Teresa, Francesc y sus demás compañeros aguardan ya nerviosos en el autocar a que llegue el momento de partir hacia el centro de acogida de animales Lydia Argilés de Lleida, donde podrán disfrutar, como cada semana durante una hora, del afecto y los juegos de los perros de la protectora.

Este grupo de personas con daño cerebral del centro de atención diurna Candi Villafañe de Lleida hace ya tiempo que realiza esta terapia con canes, un proyecto que la entidad puso en marcha hace más de un año y que ha dado excelentes resultados desde el punto de vista de la mejora de los pacientes, según ha explicado a Efe la psicóloga Olga Gelonch.

Todos ellos tienen algún tipo de daño cerebral y padecen afectación cognitiva, problemas de memoria, lenguaje o atención, o bien de comportamiento, y sufren trastornos como la inactividad, la ansiedad, el aislamiento social o la impulsividad.

Una vez por semana, siete pacientes del centro acuden a la protectora, acompañados cada uno por un voluntario, para pasar la tarde con los perros, con el objetivo de promover su integración social y que establezcan vínculos afectivos con los animales.

La experiencia resulta más que gratificante para estas personas, que se muestran en todo momento tranquilas, sonrientes y cariñosas con los canes, a los que no dejan de acariciar y besar.

Los pacientes que pueden caminar, como David o Francesc, tienen además la oportunidad de sacar a pasear al perro que se les ha adjudicado durante todo el programa terapéutico en función de los problemas que presentan.

Sin separarse ni un momento de su perra de pelo blanco, llamada Lluïsa, Francesc, uno de los jóvenes del grupo, explica que le encanta ir a la protectora para cuidar a su mascota y pasearla, peinarla, acariciarla y darle premios en forma de golosinas.

"Hemos visto que los pacientes interactúan, que se comunican y que mantienen una actitud muy satisfactoria a nivel emocional y de sociabilidad", señala Gelonch.

Para los perros, la llegada del grupo es también motivo de alborozo, teniendo en cuenta que son animales abandonados que buscan el contacto físico, mimos y cariño.

"Ya los conocen y cuando ven que llegan se ponen muy alegres", explica la responsable del centro, Lydia Argilés, intentando hacerse oír entre los ladridos de contento de decenas de perros de todas las razas, edades y tamaños.

"Se da una actitud muy recíproca de mejora para los dos. Tanto mejora el usuario como el animal, pues mutuamente interactúan, se comunican", subraya Gelonch.

La psicóloga del centro de día Candi Villafañe, que forma parte de la Asociación de Parapléjicos y Discapacitados Físicos de Lleida (ASPID), se muestra "muy satisfecha" de los resultados que está dando esta terapia con perros, unos animales, asegura, "muy inteligentes", que han logrado mejorar la integración y la autoestima de los pacientes.

Los propios usuarios, asegura Gelonch, "están deseando que llegue el miércoles" para ir a la perrera, una actividad que no supone además ningún coste adicional para las familias, ya que está subvencionada.

"Tenemos claro que es una actividad que queremos que continúe mucho tiempo, ya que este grupo de usuarios se está beneficiando mucho de participar en él", remarca Gelonch.

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