Científicos crean nueva vacuna de una sola dosis contra la rabia
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Científicos crean nueva vacuna de una sola dosis contra la rabia
Una vacuna que revierte la rabia en ratones después de una inyección única podría pavimentar el camino hacia la prevención económica y efectiva de esa dolencia mortal.
Después de que una persona se expone a la rabia –transmitida casi siempre por mordidas de perros–, debe iniciar rápidamente una serie de cinco aplicaciones de vacunas durante un mes para evitar el desarrollo de la enfermedad.
El procedimiento es eficaz, pero el costo y la logística lo hacen inaccesible para muchos países en desarrollo, donde se producen más del 99% de las 55.000 muertes anuales causadas por la rabia.
Actualmente, un equipo de virólogos e inmunólogos de Estados Unidos ha fabricado una nueva cepa del virus de la rabia que induce una respuesta inmune mucho más potente que las actuales vacunas.
En ratones ya infectados con una cepa virulenta de rabia, una dosis única de la nueva vacuna fue suficiente para limpiar el virus del cuerpo, aun después de la aparición de los primeros síntomas.
Las vacunas normales contra la rabia posteriores a la exposición consisten en virus inactivos que no pueden crecer o causar infección.
Se requiere de varias inyecciones para producir respuesta inmunitaria apropiada.
Los virus vivos atenuados inducen una mayor respuesta inmunitaria que los inactivos, pero son problemáticos pues pueden causar la enfermedad por sí mismos.
Diferencia. El virólogo Bernhard Dietzschold y su equipo de colaboradores de la Universidad Thomas Jefferson (Filadelfia, Pennsylvania) querían que la nueva cepa del virus fuera igual de segura que el virus inactivo, pero también capaz de elevar la respuesta inmunitaria para erradicar al virus infeccioso lo más rápidamente posible.
Dietzschold se percató de que podía lograr ambas metas manipulando una proteína de la superficie del virus. Esta proteína (glicoproteína del virus de la rabia [G]) dispara una alarma dentro del sistema inmunitario del cuerpo, pero normalmente se produce en niveles tan bajos que las defensas del cuerpo apenas se elevan.
El equipo descubrió que podía aumentar la respuesta inmunitaria insertando tres copias del gen y codificando la proteína en el genoma viral. Los investigadores también pudieron abolir la toxicidad de la cepa cambiando dos aminoácidos en la secuencia de la proteína.
Según el coautor Craig Hooper, “cuando hay mucha glicoproteína, se convierte en un blanco más adecuado porque son el objetivo para el sistema inmunizante; pero también es más tóxico. Para el sistema es bueno: si mueren las primeras células que se infectan, se acelerará la respuesta inmunizante con muchas rapidez, por lo que se evitará que el virus se disemine”.
Para asegurarse de que la cepa viral que desarrollaron no causase la enfermedad, la inyectaron directamente al cerebro de ratones saludables muy jóvenes. Crías de 5 días no mostraron señal de rabia.
“Eso significa que es mucho más segura que las vacunas existentes con virus vivos atenuados”, añadió Hooper.
Luego de tratamiento. Dietzschold y sus compañeros infectaron después a ratones adultos con una cepa virulenta del virus de la rabia, inyectando el virus en músculos o directamente en el cerebro, y descubrieron que su vacuna podía evitar el desarrollo de la enfermedad si se administraba a más tardar tres días después de la exposición.
“En este momento, debemos iniciar el tratamiento en humanos dentro de las primeras 20 horas”, afirmó Dietzschold. “Mostramos que podríamos ser capaces de administrar la vacuna posteriormente ya que podemos eliminar el virus aun después de la aparición de los primeros síntomas”, subrayó.
Finalmente, el grupo demostró la eficacia de la vacuna como tratamiento previo a la exposición, forma actualmente utilizada en las vacunas contra la rabia para animales salvajes y perros.
Los ratones que recibieron la vacuna hasta tres semanas antes de infectarse con el virus, no desarrollaron rabia. “Si prueba ser tan segura como pensamos, podría considerársela vacuna de dosis única para toda la vida”, opinó Hooper.
En el futuro, Dietzschold espera que más pruebas revelen el potencial de la vacuna para la erradicar la enfermedad en perros y que sea una alternativa más barata y fácil que las vacunas para humanos.
Rodney Willoughby, del Colegio Médico de Wisconsin, Milwaukee, quien atiende personas con rabia y no formó parte del estudio, tiene reservas sobre el potencial de la nueva vacuna para tratar la rabia una vez que aparecen los síntomas.
“En cuanto al tratamiento, eso no presenta nada nuevo”, afirmó.
“Ello se debe a que, si la persona ya está infectada, la vacuna podría producir una respuesta inmunitaria agresiva en el sistema nervioso central, que puede ser dañina o incluso fatal”, destacó Willoughby.
Después de que una persona se expone a la rabia –transmitida casi siempre por mordidas de perros–, debe iniciar rápidamente una serie de cinco aplicaciones de vacunas durante un mes para evitar el desarrollo de la enfermedad.
El procedimiento es eficaz, pero el costo y la logística lo hacen inaccesible para muchos países en desarrollo, donde se producen más del 99% de las 55.000 muertes anuales causadas por la rabia.
Actualmente, un equipo de virólogos e inmunólogos de Estados Unidos ha fabricado una nueva cepa del virus de la rabia que induce una respuesta inmune mucho más potente que las actuales vacunas.
En ratones ya infectados con una cepa virulenta de rabia, una dosis única de la nueva vacuna fue suficiente para limpiar el virus del cuerpo, aun después de la aparición de los primeros síntomas.
Las vacunas normales contra la rabia posteriores a la exposición consisten en virus inactivos que no pueden crecer o causar infección.
Se requiere de varias inyecciones para producir respuesta inmunitaria apropiada.
Los virus vivos atenuados inducen una mayor respuesta inmunitaria que los inactivos, pero son problemáticos pues pueden causar la enfermedad por sí mismos.
Diferencia. El virólogo Bernhard Dietzschold y su equipo de colaboradores de la Universidad Thomas Jefferson (Filadelfia, Pennsylvania) querían que la nueva cepa del virus fuera igual de segura que el virus inactivo, pero también capaz de elevar la respuesta inmunitaria para erradicar al virus infeccioso lo más rápidamente posible.
Dietzschold se percató de que podía lograr ambas metas manipulando una proteína de la superficie del virus. Esta proteína (glicoproteína del virus de la rabia [G]) dispara una alarma dentro del sistema inmunitario del cuerpo, pero normalmente se produce en niveles tan bajos que las defensas del cuerpo apenas se elevan.
El equipo descubrió que podía aumentar la respuesta inmunitaria insertando tres copias del gen y codificando la proteína en el genoma viral. Los investigadores también pudieron abolir la toxicidad de la cepa cambiando dos aminoácidos en la secuencia de la proteína.
Según el coautor Craig Hooper, “cuando hay mucha glicoproteína, se convierte en un blanco más adecuado porque son el objetivo para el sistema inmunizante; pero también es más tóxico. Para el sistema es bueno: si mueren las primeras células que se infectan, se acelerará la respuesta inmunizante con muchas rapidez, por lo que se evitará que el virus se disemine”.
Para asegurarse de que la cepa viral que desarrollaron no causase la enfermedad, la inyectaron directamente al cerebro de ratones saludables muy jóvenes. Crías de 5 días no mostraron señal de rabia.
“Eso significa que es mucho más segura que las vacunas existentes con virus vivos atenuados”, añadió Hooper.
Luego de tratamiento. Dietzschold y sus compañeros infectaron después a ratones adultos con una cepa virulenta del virus de la rabia, inyectando el virus en músculos o directamente en el cerebro, y descubrieron que su vacuna podía evitar el desarrollo de la enfermedad si se administraba a más tardar tres días después de la exposición.
“En este momento, debemos iniciar el tratamiento en humanos dentro de las primeras 20 horas”, afirmó Dietzschold. “Mostramos que podríamos ser capaces de administrar la vacuna posteriormente ya que podemos eliminar el virus aun después de la aparición de los primeros síntomas”, subrayó.
Finalmente, el grupo demostró la eficacia de la vacuna como tratamiento previo a la exposición, forma actualmente utilizada en las vacunas contra la rabia para animales salvajes y perros.
Los ratones que recibieron la vacuna hasta tres semanas antes de infectarse con el virus, no desarrollaron rabia. “Si prueba ser tan segura como pensamos, podría considerársela vacuna de dosis única para toda la vida”, opinó Hooper.
En el futuro, Dietzschold espera que más pruebas revelen el potencial de la vacuna para la erradicar la enfermedad en perros y que sea una alternativa más barata y fácil que las vacunas para humanos.
Rodney Willoughby, del Colegio Médico de Wisconsin, Milwaukee, quien atiende personas con rabia y no formó parte del estudio, tiene reservas sobre el potencial de la nueva vacuna para tratar la rabia una vez que aparecen los síntomas.
“En cuanto al tratamiento, eso no presenta nada nuevo”, afirmó.
“Ello se debe a que, si la persona ya está infectada, la vacuna podría producir una respuesta inmunitaria agresiva en el sistema nervioso central, que puede ser dañina o incluso fatal”, destacó Willoughby.
http://www.nacion.com/ln_ee/2009/julio/27/aldea2036729.html
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