Los perros mejoran la productividad en la oficina

Hay un montón de estudios que muestran que los perros actúan como catalizadores sociales, ayudar a sus propietarios establecer relaciones íntimas, a largo plazo con otras personas. Pero, ¿que se aplican en el lugar de trabajo? Christopher Honts y sus colegas en la Central Michigan University en Mount Pleasant se sorprendieron al encontrar que no había muchas investigaciones sobre esta cuestión, y decidió poner ese derecho. Se preguntaban, en particular, si la mera presencia de un perro en la oficina puede hacer que la gente colabore más eficazmente. Y, como se dijo en una reunión de la Sociedad Internacional de Etología Humana en Madison, Wisconsin, el 2 de agosto, se encontraron con que podían.

Para llegar a esta conclusión, se llevaron a cabo dos experimentos. En la primera, que reunió a 12 grupos de cuatro personas y le dijo a cada grupo para llegar a un anuncio de 15 segundos para un producto inventado. Todo el mundo se le pidió que aporten ideas para el anuncio, pero en última instancia, el grupo tuvo que decidir en una sola. Cualquiera que esté familiarizado con el entorno moderno de "colaboración" oficina sabrá que eso es un reto.

Algunos de los grupos había un perro debajo de los pies a través, mientras que los otros no tenían. Después de la tarea, todos los voluntarios tuvieron que responder un cuestionario sobre cómo se sentía acerca de cómo trabajar con los otros humanos-los miembros del equipo. Honts Sr. encontró que los que había tenido un perro que tenían puntuaciones más alta en las medidas de confianza, la cohesión del equipo y la intimidad de los que no.

En el otro experimento, que utiliza 13 grupos, los investigadores exploraron cómo la presencia de un animal alterado el comportamiento de los jugadores en un juego conocido como el dilema del prisionero. En la versión de este juego desempeñado por los voluntarios, los cuatro miembros de cada grupo se ha "cargado" de un delito. Individualmente, se puede elegir (sin ser capaz de hablar con los otros) ya sea para soplón en sus compañeros de equipo o permanecer de pie por ellos. La decisión de cada individuo afectado los resultados de los otros tres, así como para sí mismo de una manera que se explicó con antelación.

Tener un perro en torno a los voluntarios hicieron un 30% menos probabilidades de soplón que los que jugaron sin uno.

La moraleja, entonces: más perros en las oficinas y menos en las comisarías. http://www.economist.com/node/16789216?story_id=16789216