Un juez reconoce la custodia compartida de un perro

¿Quién se queda la mascota cuando una pareja se rompe? Este enfrentamiento, que suele resolverse de una manera más o menos pacífica, ha llevado a unos pacenses a litigar en los tribunales. Tras nueve años de convivencia como pareja de hecho, los lazos afectivos se rompen sin llegar ambas partes a un acuerdo sobre el perro. Un animal abandonado que el hombre había acogido en 2001.

Tras la separación, él se hace cargo de la mascota contra la voluntad de su ex pareja. El hombre entiende que el perro es de su exclusiva propiedad. De modo que ella recurre a la justicia solicitando la custodia compartida del animal. La vista oral tiene lugar en el Juzgado de Primera Instancia número 2 de Badajoz el pasado 27 de septiembre. En el juicio no se logró que las partes llegaran a un acuerdo, pero la sentencia acaba dándole la razón a la demandante.

En la sentencia del pasado siete de octubre, el juez reconoce que los bienes adquiridos durante la convivencia de una pareja de hecho no se convierten en comunes automáticamente, sino que pertenecen a quien los adquirió, sin embargo, en este caso, queda probado que la mujer también era dueña del animal, ya que ambos habían establecido una especie de comunidad de bienes. El magistrado establece que existe "una voluntad de hacer comunes todos o algunos de los bienes adquiridos durante la unión de hecho".

Otra de las pruebas tenidas en cuenta a favor de la mujer fueron las fotos aportadas por ella. Después de elucubrar sobre los sentimientos paternales que puede llegar a despertar un animal, el juez sentencia que el perro es un objeto indivisible. De modo que sólo caben dos posibles soluciones: adjudicar el pero a una de las partes, con el deber de indemnizar al otro, o el disfrute compartido. Opción que el juez considera más acertada. Finalmente, demandante y demandado tendrán que compartir el perro en periodos sucesivos de seis meses.