Rebelión vecinal contra el pit bull que atacó a la niña

Quieren al perro fuera de la urbanización. Este es el único objetivo que persiguen padres y vecinos de la niña de seis años que el sábado pasado fue atacada por un «pit bull», en las zonas comunes de la urbanización Bosquepino, en Las Rozas.

Poco a poco, la familia Barbero se sobrepone del episodio de pánico que padecieron, al contemplar, con impotencia, cómo el animal, sin bozal, se abalanzaba sobre su hija y la embestía brutalmente clavándole los incisivos en en el pecho, en el hombro y en el brazo izquierdo.

El padre de la pequeña considera que el «pit bull» es agresivo y no quiere volver a cruzarse con el animal. «Mi mujer y mi hija no salen de casa porque tienen miedo de encontrarse con el perro. No puede estar en la urbanización», expone José Luis Barbero, el padre de la víctima.

Tras los hechos, varios vecinos certifican que presenciaron de nuevo al perro sin bozal, en contra de lo que dicta la ley, en un descampado donde juegan los niños al salir de la escuela.

«Es una vergüenza que muerda a la niña y siga paseando tan campante sin bozal. No lo entiendo, la verdad. Encima aquí, que está lleno de críos», comenta una inquilina de la misma comunidad.

La preocupación se ha extendido ahora al resto de los residentes de la urbanización, ya que son viviendas nuevas y en la mayoría de los casos están habitadas por parejas de jóvenes con varios niños pequeños.

«Es un trago cruzarte con un bicho que ha atacado a una niña pequeña. Cuando bajamos al parque es imposible no pensar en lo sucedido y estamos preocupados por nuestros hijos», comenta una vecina.

El propietario del «pit bull», Raúl B.A., tiene en regla la cartilla de vacunación y posee la licencia, otorgada por el Ayuntamiento de la localidad, que se requiere para la tenencia de animales considerados como potencialmente peligrosos. Ayer por la mañana, el perro fue trasladado al centro animal de Las Rozas donde se le están practicando las pruebas antirrábicas.

José Luis Barbero, que ha interpuesto una demanda contra el dueño del perro, se encontró ayer con él y éste le propuso sacar a pasear a su mascota a horas intempestivas para no encontrarse con niños.

Esto no consuela a la familia que aún tiene en mente la escena de su hija ensangrentada revolcada en el suelo. «No queremos que lo saque ni a las once ni a las doce, el perro no puede volver. Es un auténtico peligro para todos los que vivimos aquí», respondió airado José Luis.
Tras cuatro días de reposo, que le han impedido asistir a las primeras clases del curso, la pequeña de seis años se reincorporó ayer a la escuela y progresivamente va recuperando su rutina.

Los hechos están ahora en manos del Juzgado número seis de Majadahonda y allí se decidirá cuál es el futuro del perro.

http://www.abc.es/20100918/local-madrid/bull-201009180948.html